Las organizaciones enfrentan una escasez de profesionales calificados en ciberseguridad a nivel global. Y hay alertas sobre el tema, estudios internacionales revelan dificultades para cubrir alrededor de 136,000 vacantes en Latinoamérica y 2.93 millones en el mundo, puesto que se requieren talentos para comprender el panorama actual de amenazas y habilidades para administrar una gran cantidad de tecnologías (ISC)².
A pesar de que muchas compañías destinan presupuestos para ciberseguridad, enfocados en más y mejores controles técnicos, que cubran las regulaciones y necesidades del negocio, no es posible confiar la resolución de este tema solo a la tecnología. Los directores tienen, y deben aumentar conciencia, en que la falta de persona necesita varias acciones.
Hay un auge de cibercriminales que ofrecen sus servicios para afectar a particulares y empresas con técnicas de ingeniería social, phishing, ataques avanzados, entre otros recursos, para burlar las defensas actuales y manipular a las personas desde el interior de las organizaciones, obteniendo accesos a la información.
¿Dónde hay un gran desafío? La velocidad en la que la transformación digital llega a las empresas para almacenar y analizar grandes cantidades de datos de forma descentralizada, dificulta proteger inicialmente su infraestructura de manera óptima.
El incremento en el uso de nuevas tecnologías, como big data, inteligencia artificial, internet de las cosas, extiende el alcance del perímetro, incluyendo nuevos desafíos ante situaciones de ataques y puntos de vulnerabilidad que deben ser protegidos.
Una de las fallas en las organizaciones es enfocarse en la búsqueda de un perfil específico de profesionales para enfrentar los desafíos de ciberseguridad. Es urgente mirar más allá de las formaciones especializadas.
Cierto que la transformación digital se enfoca en el uso y la adopción de nuevas tecnologías; bajo ese enfoque, ayuda la formación académica en informática, sistemas y telecomunicaciones.
Sin embargo, hay otra realidad: los profesionales que hoy se necesitan no son exclusivamente técnicos.
Salirse de la caja y cubrir la necesidad de talento, requiere desarrollar habilidades de ciberseguridad en profesionales de disciplinas no tradicionales, como lo son expertos en ciencias de datos, DevOps, estadistas y matemáticos.
Incluso, investigadores con formación militar y policial son una buena apuesta para anticiparse a los cibercriminales, detectando patrones que otros consideran ‘comunes’. No hay que dejar de lado que, además del aspecto de ciberseguridad, es necesario que estos perfiles tengan soft skills, como curiosidad, tenacidad, pensamiento disruptivo.
Con todos estos retos en ciberseguridad, los nuevos equipos de especialistas deben integrarse por colaboradores con diferentes áreas de experiencia, como arquitectura tecnológica y empresarial, aplicaciones, inteligencia artificial y virtualización, entre otras.
La escasez de talento es un reto, pero no el único. También es indispensable trabajar en lo vinculado a la falta de recursos, herramientas y capacitación para aquellos que muestran potencial para desempeñarse en los roles de ciberseguridad en las empresas.
Las áreas de TI tienen un papel importante en la estrategia del negocio y no se quieren quedar atrás, sin embargo, hay una gran presión en innovar y reducir costos operativos. Por ello buscan que sus empleados se enfoquen en habilitar nuevos modelos de negocio y dejan a un lado la administración tecnología.
Aquí es donde los socios tecnológicos entran con su experiencia y conocimientos diversos, alineándose con los objetivos del negocio para establecer relaciones de confianza a largo plazo, con servicios administrados a la medida, lo que permite estar al día con respecto a los avances digitales y prepararse para los retos de ciberseguridad actuales y futuros.
En Data Warden estamos preparados para acompañar y apoyar a nuestros clientes en el camino hacia la transformación digital. Ayudamos a habilitar nuevos modelos de negocio, respaldados por una estrategia de ciberseguridad que facilite la evolución y el desarrollo de su oferta de valor de manera sostenible. Nuestra meta: contribuir con las empresas para que alcancen sus metas en la nueva economía digital.
